Si tienes debilidad por los dulces, probablemente hayas sucumbido a la tentación del Gulabjamun en alguna ocasión. Un bocado de estas bolas doradas de felicidad te transportará a un coma alimenticio.
Este querido dulce indio proviene de la era mogol y fue inspirado inicialmente por los dulces persas. El nombre en sí combina las palabras persas “gol” (flor) y “ab” (agua), capturando perfectamente las notas florales del jarabe. De hecho, se cree que evolucionó de un postre de Medio Oriente llamado “Luqman al-qadi”.
El Gulabjamun realmente requiere habilidades y arte especial, aunque parece una creación engañosamente simple. Primero, se combina el khoya con harina y leche para crear una masa suave y maleable. Luego, se forma en pequeñas bolas que se fríen hasta obtener un hermoso dorado y se sumergen en un jarabe de azúcar caliente. El resultado es un manjar que se derrite en la boca y es peligrosamente adictivo.
Y no olvidemos sus variaciones regionales. En Punjab, se encuentra la versión clásica, que es rica y cremosa. En Bengala, utilizan chhena (queso cottage indio) para un dulce más ligero y esponjoso. A veces, incluso se añaden hebras de azafrán o nueces crujientes para darle un toque extra.
Estas dulces delicias son únicas porque reúnen a personas de todas las regiones. Así que la próxima vez que veas este postre en una bandeja, no dudes en sentir el impulso de atiborrarte.