Amrita Sher-Gil: Rebelde con un lienzo

abril 14, 2025

A menudo comparada con Frida Kahlo, Amrita Sher-Gil fue una revolucionaria del arte moderno en India. Nacida en Budapest en 1913, de padre sij y madre húngara, vivió entre dos mundos. Esta confluencia dio forma a su visión audaz e inquebrantable. Desde los talleres parisinos hasta las zonas rurales de la India, Amrita trazó su propio camino: una fusión de técnica occidental y espíritu indio.

Maestra del lienzo
En la École des Beaux-Arts de París, absorbió los estilos de Gauguin, Cézanne y los postimpresionistas. Su trazo era elegante, sus paletas introspectivas. Pero fue su regreso a la India lo que despertó una vocación más profunda. Comenzó a retratar a mujeres rurales no como adornos ni arquetipos, sino como seres reales, reflexivos y complejos. En obras como Tres muchachas, Jóvenes y El tocador de la novia, capturó con sutileza emociones como la dignidad y el anhelo.

Tendiendo puentes
Amrita pertenecía a todas partes y a ninguna. Rechazó tanto la mirada occidental como la ortodoxia india. Sus lienzos susurraban desafío y una búsqueda de pertenencia que era sensual pero serena, audaz pero íntima… Tejió un lenguaje visual que honraba sus raíces y su rebeldía. Amrita fue moderna de alma y universal en su visión, incluso en aquella época.

Influencia perdurable
Fallecida prematuramente en 1941 a los 28 años, fue declarada póstumamente Tesoro Nacional por el gobierno de India. Sus obras hoy están en la Galería Nacional de Arte Moderno. Retrospectivas en Delhi, Bombay, París y Budapest han celebrado su legado. En 1978, India emitió un sello postal conmemorativo en su honor. Aún hoy, instituciones, calles y jóvenes artistas llevan adelante su espíritu… inquebrantable, luminoso y eterno.

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