Nacido en 1915 en Maharashtra, M. F. Husain comenzó su andadura artística pintando carteles de Bollywood en las calles de Bombay. Con el tiempo, se convirtió en uno de los artistas modernos más célebres de la India, conocido por sus trazos audaces, sus colores vibrantes y su capacidad para plasmar el alma de la nación en el lienzo.
Arte sin fronteras
La obra de Husain era una fusión de tradición y modernidad. Hizo revivir la mitología, la historia y la vida cotidiana de la India como nadie lo había hecho antes. Sus mujeres sin rostro, caballos al galope y sorprendentes representaciones de dioses y diosas hicieron que su arte fuera reconocible al instante. Como miembro clave del Grupo de Artistas Progresistas, desempeñó un papel importante en la redefinición del arte indio, rompiendo con las influencias coloniales y adoptando una identidad audaz y contemporánea. La creatividad de Husain fue más allá de la pintura. Se aventuró en el cine, dirigiendo Through the Eyes of a Painter (que ganó un Oso de Oro en el Festival de Berlín) y Gaja Gamini, un homenaje a la belleza y la gracia femeninas. Su fascinación por la cultura, el cine y la sociedad indios hizo que su energía artística fluyera constantemente.
Una vida de pasión y controversia
Husain era tan intrépido en la vida como en el arte. Sus atrevidas representaciones de deidades hindúes provocaron acalorados debates, protestas y problemas legales. Amenazado y demandado, llegó a autoexiliarse, pero nunca dejó de crear. Sus obras se expusieron en todo el mundo, lo que le valió el reconocimiento internacional. Una de sus manías más fascinantes era caminar descalzo. Una vez dijo que le ayudaba a mantenerse conectado con la tierra, con la energía vital que inspiraba su arte. Galardonado con algunos de los premios más importantes de la India, como el Padma Bhushan y el Padma Vibhushan, Husain dejó una huella indeleble en el arte indio moderno. Su influencia sigue viva, inspirando a generaciones de artistas a romper fronteras y expresarse sin miedo… como hizo él.
