Para muchos indios, la Dosa es el comienzo perfecto del día: un desayuno caliente y reconfortante que combina tradición y sabor. Tanto si se trata de un tentempié rápido como de una comida contundente, la Dosa encaja a la perfección, en cualquier momento, siempre. En esencia, la Dosa es una creación sencilla pero cautivadora: una masa fermentada hecha de arroz y gramo negro (Urad Dal), extendida cuidadosamente sobre una plancha caliente, donde chisporrotea y se crispa hasta alcanzar la perfección dorada. El arte de hacer Dosa reside en equilibrar sabores y texturas. A medida que la masa fermenta durante horas, adquiere un sabor sutil y se esponja hasta adquirir una consistencia suave y aireada. La clave para hacer la Dosa perfecta es la paciencia: la capa exterior debe crujir de forma satisfactoria, mientras que el interior permanece ligero y tierno. La clásica Dosa sencilla es una experiencia deliciosa en su forma más simple. Su crujiente dorado se complementa perfectamente con una guarnición de chutney de coco, que ofrece un contraste suave y refrescante, o con Sambhar, una sopa de lentejas ácida y especiada llena de verduras vibrantes que añaden profundidad a cada bocado. La Masala Dosa está un paso por encima. Rellena de sabrosas patatas especiadas, es el plato reconfortante por excelencia: caliente y sustancioso. La Rava Dosa, hecha de sémola, ofrece una textura delicada y crujiente, ligera y aireada en cada bocado, mientras que la Podi Dosa, generosamente espolvoreada con una mezcla ardiente y aromática de lentejas especiadas, añade un toque satisfactorio. También está la Dosa de papel, fina y crujiente, y la Dosa de queso, que da al clásico un toque moderno. Hay una Dosa para cada estado de ánimo y momento. Desde las calles de la India a los cafés de todo el mundo, la Dosa es una experiencia que conecta a la gente, trascendiendo fronteras y culturas, y manteniendo vivas las tradiciones del sur de la India.
Dosa: El crujiente crepe indio que conquistó el mundo
